abril 28, 2011

We found love in a hopeless place

A Cassie le gusta Maxx.
Y a Maxx le gusta Cassie.
Lo sabe porque Maxx piensa que es linda y fácilmente divertida.
Y aún cree que es parte de un sueño aunque parezca sacada del reino de las pesadillas.

Le gusta.
Y ella le gusta a él.
Lo sabe porque a su lado no hay necesidad de palabras rebuscadas, solo son ellos dos y todas esas cosas sin sentido que salen atropelladamente de la boca de Cassandra.
Pero él sabe de lo que habla, aún cuando ni ella lo sabe y le pareciera que lo hace solo para llenar esos molestos huecos en el aire.

Le gusta.
Y ella le gusta a él.
Lo sabe por la forma en que la abraza mientras bailan, esa melodía invisible que según Maxx ella lleva tatuada en el alma.
Y también por la forma en que le toma la mano cuando le habla de esas chicas elegantes y sus anillos de diamantes y él le promete uno de estrellas fugaces para que jamás vuelva a sentir envidia de ninguna de ellas.




A Cassandra le gusta Maxx.
Y a Maxx le gusta Cassandra.
Y es algo tan evidente que nadie debería tomarse ni siquiera  la molestia de comentarlo.

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